25 años no son nada.
No fue ayer ni la semana pasada, pero tal vez unos días
antes empecé en esto de las TIC. Fue en una experiencia laboral de un pequeño
ayuntamiento de la provincia de Barcelona. Se trataba de informatizar el
proceso de gestión de las cuotas urbanísticas que se hacía, como el Avecrem, a
mano.
Así pues, el ayuntamiento se decidió a adquirir un
sistema Philips 286 que debió costar un dineral con un bonito teclado (sin
ratón). Le instalé MS-DOS, pues venía sin sistema operativo, y el Windows 3.0.
Y no os lo perdáis: el Excel 1.0 también. De esta forma, lo que antes era un
proceso que se hacía entre la máquina de escribir y la fotocopiadora y nos
llevaba varios meses, se podía hacer en unas pocas semanas. Y así funcionaban muchas
otras cuestiones de la maravillosa administración pública.
En ese ordenador –insisto- sin ratón aprendí a utilizar
el Office e incluso a dibujar con el teclado en el Paintbrush J
Luego vinieron Windows 3.1 y 3.11, donde montamos una red
coaxial y NT que ya profesionalizó bastante el asunto: un servidor central que
sustituía a la maravillosa Novell y, definitivamente, jubilaba unos sistemas
Fujitsu con un sistema operativo llamado algo así como Theos Real. ¿Puede ser?
Por supuesto, ni rastro de Internet. Aparecieron luego,
al cabo de unos años, las BSS. Y pudimos comprar un módem cuya velocidad no
recuerdo. ¿Tal vez 33.000 bps? Lento como un demonio. Y vino alguien de la
diputación y nos habló de una cosa que se llamaba mail. Ya tenía sentido ese
signo del teclado llamado ‘arroba’ y que yo no entendía para qué demonios
servía J
Allí entrabas en pequeños foros y bajabas imágenes y
textos. ¡Era alucinante! ¡Incluso gente de la otra punta del mundo podía
compartir información contigo! Tremendo.
Luego compramos todos los frikis del mundo el PC World
con el Windows 2000 Professional que… Oh, ¡qué error! Llevaba un número de
serie equivocado para la demo. La revista se dio prisa, lo puso accesible en la
Web y… ¡caramba! Nuevo error, que resultó ser una versión definitiva del
producto.
Y entre las revistas PC World y PC Actual junto con todo
este tipo de publicaciones y la poquísima información disponible a través de
los lentísimos módems, íbamos subsistiendo como podíamos.
Luego llegó Internet y más tarde (bastante más) los
blogs, donde ya se podía compartir información.
Y, claro, en los cambios de año todo hijo de vecino
comprobando que los sistemas funcionaran bien. Nosotros hicimos la prueba una
semana antes y verificamos que no pasaba nada, así que me fui a Berlín a ver
tocar a Mike Oldfield en la mágica noche del cambio de milenio. Efectivamente,
nada sucedió el 1 de enero y todo el mundo fue a trabajar tan ricamente.
Cada usuario debía tener una impresora conectada por
puerto paralelo y los virus ya empezaban a llevarnos de cabeza. ¡Maldita sea! ¡Este
MS-DOS perfectamente pirateado lleva en el disco 1 el barrotes! A ver cómo
explico yo que hay que comprar un antivirus J
Luego llegaron las impresoras de red: maravilla de las
maravillas, tú estabas en tu PC, mandabas una impresión y salía en la planta de
abajo o en la de arriba! Magia!! Espero que no me quemen en la hoguera por
hereje J
Y descubres que si hay 40 empleados tienes 39 jefes, pues
todos te mandan: quiero esto, quiero aquello, no sé hacer esto y no sé hacer lo
otro. Y con la bonita ayuda de nadie, porque no existe Internet ni blogs ni
leches, te vas buscando la vida como puedes y solucionando los problemas a
trompicones, obviamente, y entiendes la necesidad de la formación en nuestro
mundo TIC que, ya en los inicios, se veía como un gasto infame.
La llegada de los blogs fue un antes y un después
¿verdad? Tenías una duda y la podías poner en esa ciberchuleta que siempre
estaba disponible y todo el mundo podía consultar. ¡Qué vergüenza! E incluso
podían comentar y decir si les gustaba o no. Qué cosas, ¿eh?
Luego llegaron los móviles, que más que móviles eran
aparatos de asesinar porque si te tiraban uno te podían matar de lo grandes que
eran y lo que pesaban. Daba vergüenza ajena ver a gente por la calle hablando
al aparato y fardando. “¡Yo jamás lo haré!”, pensabas…
Y fueron llegando los sistemas Linux que cada año iban a
matar a los Windows, pero que parecían tener unas balas de fogueo. Mac iba a su
ritmo y prácticamente nadie lo usaba porque era terriblemente caro. Algún amigo
diseñador o músico y poco más. Lo veías como una cosa muy bonita que estaba en
las tiendas que vendían Mac (muy pocas) y en las revistas mensuales y pensabas:
Ohhh, qué bonitos, ¡yo quiero uno! Pero claro, valía más que un coche J
Y así todo se aceleró enormemente. La llegada de las
redes sociales y su integración con los móviles ha hecho que aparezcan incluso
enfermedades tecnológicas como Apnea del Whatsapp o Depresión del Facebook y
entiendes que nos hemos convertido en la tribu de los cabezas inclinadas.
La tecnología lo ha invadido todo. Gente muere porque se
hace un selfie, no calcula bien y cae al precipicio. Demasiada información por
doquier, demasiada velocidad en todo, no da tiempo a aprender una tecnología porque
ya ha salido otra. La Inteligencia Artificial se acerca a una velocidad
terrible y los expertos dicen que será el peor error de la humanidad.
Y todo sucede en cuestión de años que parecen meses,
semanas, días… segundos. El mundo está loco, se acelera y se autodestruye.
Todos somos de otro planeta y la Naturaleza ni siquiera sabemos qué es, pues
vivimos de espaldas a ella.
Así que habrá que recuperar esas subscripciones perdidas
y gratuitas a pasear entre naranjos, saborear una almendra, aún casi líquida, y
oler la piel del limón que has cogido con todo el cariño del árbol y dar
gracias por la existencia todavía en un mundo no digital.
2 comentarios:
Si... Theos Real... Por lo que recuerdo (finales 80s, principios 90s) habia dos versiones del SO Theos, y una se llamaba Real, que creo era para ordenadores mas justitos. Si sigo recordando :))) creo que en nuestro caso los ordenadores eran APD.
En fins, un suspiro vamos.
:)
Ostras qué pasada cómo pasa el tiempo eh?
Un abrazo!!
Publicar un comentario